Un ex soldado de Paraná, que cumplió funciones en el Hospital Militar de esta capital entre 1976 y 1977, denunció ante la Justicia Federal la presencia de conocidos médicos cuando fue ingresado gravemente herido el dirigente Pedro Miguel Sobko, quien falleciera y figura como desaparecido. Entre ellos figura el doctor Ricardo Rizzo, esposo de la vocal del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos, Susana Medina de Rizzo. La nómina comprende también a los médicos Capellino, Zuino y Mario Crocce. El ex conscripto compareció, espontáneamente, en la causa por violaciones a los derechos humanos e incluso dijo que tales profesionales atendieron a otras víctimas del terrorismo de Estado, como los casos de Gustavo Hennekens –a quien balearon en pleno centro y pudo sobrevivir- o la detenida María Eugenia Saint Girón, pero siempre callaron los hechos. Mientras tanto, el juez Federal Gustavo Zonis ordenó que personal del Ejército Argentino custodie el pozo de un aljibe, ubicado en la zona de Las Piedras, donde supuestamente se habrían arrojado restos de detenidos-desaparecidos, por parte de personal de la misma fuerza que ahora debe controlar el lugar.