Como tantos ejemplos lo prueban, la literatura y la vida misma están hermanadas más de lo que aparentan. Sucede que muchas veces, esta realidad cotidiana se ve privada de estos mundos de ficción. En un intento de acercar a la existencia diaria las posibilidades de la imaginación, hace tres años nació “Manos a las letras”, un taller destinado a jóvenes, con el fin de que se acerquen a la lectura y la escritura. El proyecto, impulsado por Paola Barzola y Gladis Martínez, comenzó a funcionar con concurrentes a la Casa del Joven, una institución que depende del Consejo del Menor de la provincia. Ya este año, con la idea de ampliar la experiencia, se trasladó a la Casa de la Cultura, finalizando este período con el anuncio de una pronta publicación que reunirá trabajos de los talleristas, así como los cuentos y dibujos ganadores del concurso que se ha organizado desde este espacio.