Una visita imborrable

Al asumir su primera Presidencia, una de las tantas cosas que Juan Domingo Perón tenía que cumplir era la promesa de reequipar al Ejército. Pero Estados Unidos, receloso de los antecedentes germanófilos del Ejército Argentino, se negó dos veces a venderle armas. Sin embargo, se comenzó a mecanizar a la fuerza desde 1946, sustituyendo caballos por automotores (camiones, vehículos semiorugas y jeeps), en lo que concernía a traslado de tropas, materiales y abastecimiento. Hasta entonces, el automotor era apenas un auxiliar en materia de transporte y no había muchos móviles. Las nuevas unidades -casi sin uso- fueron compradas como chatarra a Bélgica, que las poseía de la Segunda Guerra Mundial, abandonadas por los yanquis en las playas belgas, en tiempos del desembarco de Normandía. Más tarde, Perón ordenó comprar de ese remante 200 tanques Sherman. Todo este episodio sirve para entender y dimensionar la visita de Perón y Evita a la ciudad de La Paz.